“Está escrito: ‘¡En el principio era la palabra!
¡Aquí me quedo ya atascado! ¿Quién me ayudará a seguir?
No puedo tener a la palabra en tan alta estima;
debo traducir el pasaje de otro modo
si es que me hallo bien iluminado por el espíritu.
Está escrito: ‘en el principio era el sentido’.
¡Piensa bien la primera línea,
que tu pluma no se precipite!
¿Es el sentido el que lo produce y crea todo?
¡Debería decir: En el principio era la fuerza!
¡El Espíritu me auxilia! Súbitamente encuentro una solución
Y escribo, consolado: ¡En el principio era la acción!